La vida de los rescatistas de animales, no existen noches libres, ni sábados, ni domingo

Nuestra vida no es como cualquier vida, los que rescatamos animales tenemos una vida alterada totalmente, sabes que te levantas y no sabes que puede llegar a pasar en tu día. Es una vida de desgaste de emociones encontradas días de felicidad como tenemos de los otros de tristeza y dudas. Siempre listos, para dejar todo de lado para poder ayudar algún animal, irse de una fiesta cuando recién empieza, salir a cualquier hora sabiendo que terminas metido en los peores lugares, muchas veces lugares que ni la policía entra. 

Si es una vida de sacrificio que tomamos por elección propia, por esa decisión por ese sentimiento que nace solo, esa sensibilidad que no todo ser humano llega a sentir, que nos lleva a esto ?  
Seguramente saber que una vida pende de nosotros, saber muchas veces que si no acudimos a ese llamado esa vida se apaga. Sentir muchas veces en carne propia el dolor y sufrimiento que esta pasando esa vida, maltratada, enferma, sometida a su suerte muchas veces, llegando en ese ultimo aliento que te mata, que se te apaga en los brazos. 
No tenemos días y noches de descanso no existen sábados  ni domingos . 
Los rescatistas son ángeles que están en la tierra, abocados a dejar todo para ayudar a un animal

Dos casos que participamos con otros rescatistas en los últimos meses, estábamos en una reunión de fin de año en la casa de Alejandra, yo observaba a Edgardo todo el tiempo nervioso mirando el cel, en un momento le pregunto que le pasaba, me dice un perro en la cañada de San Martn, Daiana interrumpe en ese momento hace horas que esta nadie se mueve, VAMOS? se creo un silencio en ese momento las miradas decían todo, Edgardo sin dudarlo se paro y nos dice voy a sacar ese perro, si no vamos nadie va a ir. Y marchamos los tres para el lugar, en el camino contactamos a la Vivi para avisarle, ni siquiera para decirle pobre. Vivi le damos los primeros auxilios en tu casa, sin dudarlo como siempre dijo SI vengan. 
Llegamos al lugar el perro por el que íbamos era de color marrón, para sorpresa nuestra cuando alumbramos con la linterna vemos un perro negro, abajo del puente. 
Bajamos con Edgardo, Daiana nos esperaba arriba para ayudarnos a subir el perro y cuidar el auto estábamos en un barrio que es zona roja. Edgardo es el primero en llegar al perro, en el momento que lo mira, sus palabras fueron no lo puedo creer, esta encadenado acá abajo. Las ratas al llegar nosotros salieron despavoridas, ya estaban esperando la cena. 
Con toda una oreja destrozada, agusanada, temblando de frió y encadenado fue que conocimos al Larva, lo llamamos de esa manera por que no tenia oreja, tenia solo larvas que se la habían mutilado.

Buscando en la cañada 

 Edgardo luego de desencadenar a Larva en este momento tuvimos que cinchar entre los dos para poder sacarlo 

  

Esperando a daiana  para subirlo en ese momento Edgardo  estaba tras el otro perro, el que habíamos ido a buscar, por desgracia el otro perro no lo pudimos rescatar por la imprudencia de un bombero, que se lanzo sobre, el perro se asusto salto y se lo llevo la corriente.

Luego recorrimos la cañada de punta a punta buscándolo pero fue imposible dar con su paradero, en ese momento se sumo Mabel y Nito a la búsqueda   

Vivi y Daiana sacando  gusanos de la oreja de Larva

Otro caso hace dos días en el Parque Rivera, publica Francis, que había un perro en la isla del lago me puse en contacto con ella, sin conocerla solo de la red del facebook. 
Para ir a sacarlo ella ofreció pagar el traslado, yo me lo traía para RVA. 
En ese momento Miguel me llama para unirse al rescate y luego de concertar el traslado nuestro, salimos para el lugar. Al llegar lo sentíamos llorar el llanto venia de la primer isla, no quedo otra que tirarnos al agua, ya que la policía y los bomberos negaron toda ayuda.  Entre el agua podrida y el fango nos abrimos camino para la isla, pasamos una media hora en la misma, buscando el perro, no lo encontramos, luego volvimos para el otro lado donde mas personas estaban también en la misma buscando ayudar al perro 
Cansado de esperar fui hablar con el cuida Parques por que el perro ya no se sentía y te entra ese nerviosismo, me señalo que el dia anterior estaba en la otra isla, Marche a decirle a los demás y ya entregado a entra nuevamente al agua, llegando al punto mas cercano de la otra isla, lo veo salir despavorido del agua, sin rumbo fijo al perro, correrlo jamas alcanza, un perro corre 4 metros por segundo, imposible estar a su altura, pero el intento siempre se hace, termine la búsqueda en los terrenos linderos al parque con ese sabor amorgo de no poder encontrarlo mas  

Con Miguel abriéndonos paso entre todos los desperdicios del lago del Parque Rivera, una pena que semejante lago este en este estado, por la falta de responsabilidad de los humanos.